MS-DOS: Pyscho Pinball


Las máquinas de pinball fueron las reinas de los salones recreativos durante gran parte del siglo XX, consistían en un tablero inclinado a través del cual caía una bola que iba rebotando por los diferentes elementos del mismo, el objetivo principal era evitar que cayera al fondo de este para lo cual podíamos golpear a la bola con los llamados "flippers" situados a la izquierda y a la derecha pulsando los botones de esta. También podías dar unos buenos empujones, pero si la máquina lo detectaba pitaba falta y perdías la bola.

Además de este tablero tenían un panel vertical de información donde se iba mostrando la puntuación e incluso algún minijuego. Todas ellas tenían una temática muy personalizada tanto en el panel, como el tablero como en los efectos de sonido. Las había de todo tipo, desde las basadas en franquicias hasta las creaciones originales. Normalmente tenías tres bolas por cada moneda que insertabas y dependiendo del diseño de la máquina era más o menos difícil. Eran muy divertidas, pero muy difíciles, al menos eso me parecía a mí cuando era niño.

Cuando aparecieron los videojuegos hubo algún que otro lanzamiento de juegos que trataban de transportar esas sensaciones a las pantallas de las recreativas, pero no tuvieron demasiado éxito, no tenía mucho sentido que en un establecimiento donde había pinballs de verdad jugases a una máquina que los emulaba torpemente. Hubo también versiones de estos productos para los ordenadores domésticos y creaciones originales, unos mejores y la mayoría peores, pero nada llamativo.

Cuando llegamos a los años 90 la situación ya había cambiado, quedaban pocos pinballs y la nostalgia de estos comenzaba a pegar fuerte. Apareció entonces Pinball Dreams para Amiga y más tarde para MS-DOS, todo un éxito que consiguió transportar -y mejorar- todas las emociones de un pinball original. Tanto su planteamiento gráfico como su variedad de mesas y su increíble apartado sonoro pusieron este género de nuevo de moda. Aparecieron secuelas y copias por todos los lados, a mí me gustaron mucho y creo que las jugué casi todas. Psycho Pinball, lanzado en 1994 por Code Masters para Mega Drive y para MS-DOS es parte de ese legado.

Hablemos de mecánica

La mecánica del juego es la clásica para este género aunque con alguna matización. Cuando lo ejecutamos tenemos que elegir entre cuatro mesas de temática diferente: Wild West (El Salvaje Oeste), Trick or Treat (Halloween), The Abyss (Profundidades del océano) y Psycho (Parque de atracciones). Las tres primeras son los típicos tableros de juego, pero la última -Psycho- tiene la particularidad de que puede convertir ciertas puertas en caminos para jugar a las otras tablas.

Como en todos los pinballs tendremos que sobrevivir el máximo tiempo posible evitando que la bola caiga por abajo. Por el camino tendremos que conseguir dirigir la bola para que golpee sobre ciertos elementos especiales que o bien nos darán puntuación extra o habilitarán ciertas zonas de la mesa para conseguir más puntuación. Todas las mecánicas de la mesa vienen siempre integradas con su temática y acompañadas de elementos visuales y sonoros que nos meten en situación. Conforme vamos desbloqueando mecánicas en la mesa se irán iluminando elementos de la misma así que muy pronto tendremos una especie de árbol de navidad como tablero, aún la experiencia no se vuelve confusa en ningún momento.

Los tableros son bastante diferentes entre sí, así que no tendrás la sensación de estar jugando al mismo juego todo el rato. Tienen además una dificultad bastante diferente, en mi caso el tablero Wild West es el que me resulta más difícil, es muy vertical y en cuanto te descuidas has perdido la vida.



¿Y qué pinta tiene?

A nivel gráfico nos encontramos a un juego bien diseñado. El diseño artístico es correcto, no tiene demasiada personalidad pero todos los elementos encajan bien. Los tableros son bastante variados y mantienen la coherencia entre sus diferentes zonas de juego. Destacar los payasos animados en 3D cada vez que terminas partida en los tableros, para ser de la época que son están muy bien. La selección de la paleta es muy acertada y siempre mantienes la visibilidad de la bola pese a lo abigarrado de los tableros. En cuanto a las animaciones en el panel de puntuación -está en la zona inferior- también mantienen en el tipo, aunque no son para nada memorables.

El scroll es suave -mucho más de lo que se ve en el vídeo que he grabado- y veloz, va acompañando siempre a la bola de forma elegante. La física está bien conseguida, en mis partidas no he detectado ningún rebote extraño ni ningún comportamiento aberrante de algún elemento, lo que contribuye a que la inmersión en la partida no se rompa y ayuda a disfrutar más de la experiencia.

El apartado sonoro -como no podría ser de otra manera en este tipo de juegos- es excelente. Las melodías son perfectas tanto para el menú de opciones como para las diferentes tablas. El formato utilizado es el MOD y los cuatro canales con sus instrumentos sampleados encajan a la perfección. Los efectos de sonido son también muy buenos, vibrantes y bien mezclados con la melodía de fondo, nunca se molestan entre ellos. Tenemos también gran cantidad de voces digitalizadas que enriquecen las sensaciones que te transmite el juego. El sonido es sin duda un apartado que han mimado mucho.

Es un juego muy divertido, pero más difícil que otros juegos anteriores. Se nota que está orientado a fans del género y no al público en general, pero aún así te lo pasarás muy bien, y si coges cierto nivel le echarás unas cuantas horas.



Lo mejor y lo peor

Como puntos positivos destacar su pulido acabado y su fantástico apartado sonoro.

Como puntos negativos mencionar su excesiva dificultad inicial para el gran público y una falta de personalidad -se le nota en seguida su ambición de ser un clon- que le resta puntos.

Conclusiones

Un juego divertido que te hará pasar buenos ratos, una pena su falta de ambición para haber subido un peldaño que lo habría hecho memorable. Si no lo has jugado yo le daría una oportunidad.


Comentarios