El primer momento que recuerdo así en mi vida fue el 23F, yo era un niño pequeño por lo que de la parte política apenas percibí nada, pero sí sé que los adultos estaban muy nerviosos, que hubo televisión 24 horas y que mi padre, que era policía, pasó gran parte de la noche en comisaría. Al día siguiente creo que no hubo colegio, aunque esta parte no la recuerdo bien.
El siguiente evento de este tipo que recuerdo fue una riada alrededor del año 80, creo que iba a cuarto de EGB. Mi familia vivía en el campo en Alicante, tuvimos suerte ya que nuestra casa no se vio afectada, pero recuerdo que nos quedamos in luz ni agua, recuerdo las ramblas de la zona llenas de agua y todo inundado con coches arrastrados de aquí para allá. Y obviamente más días sin colegio. Era una época sin Internet, la única información llegaba por la tele.
Recuerdo un tiempo más tarde una ola de frío, dos o tres años después. Fue cuando en Verdegás, una zona de Alicante donde nunca nieva nevó, la nieve no cuajó, pero sé que cerca de allí, en un pueblo llamado Agost los niños hicieron muñecos de nieve. ¡Cómo los envidiaba! Ahora que vivo en Madrid y ya he vivido alguna nevada ya no tengo tantas ganas de nieve.
He vivido más riadas -en Alicante hay una cada 20 años- pero no me han impactado tanto como la primera, supongo que porque no me han golpeado directamente, o porque uno se va haciendo mayor y estas cosas ya no impactan tanto.
Pero he seguido teniendo más impactos en mi vida. Os voy a hablar, cómo no, del 11S, en aquella época trabaja media jornada en casa, así que lo viví en directo viendo las noticias, El desconcierto inicial, los datos de fallecidos que iban creciendo, el desplome de las torres. Aquí ya había Internet, pero las redes sociales eran aún embrionarias, no hubo tanta desinformación.
El siguiente momento fue el 11M, la masacre de los trenes de Madrid, yo aún vivía en Alicante. Fue algo similar al 11S, pero al ser paisanos impacta más. Luego la manipulación política que vino después -por ambos bandos- y la frustración que me generó.
Y ahora la crisis del coronavirus, ayer el gobierno declaró el estado de alerta de manera formal. Pasa a asumir el control completo de país con las consabidas protestas de los gobiernos autonómicos de Cataluña y País Vasco. Los virus no entienden de sentimientos nacionales ni de fronteras. Lo ideal para mí hubiese sido una acción conjunta desde la Unión Europea, pero bueno, algo es algo.
Ahora tocará la manipulación política del asunto, cada uno de los bandos (son más de 6) intentará arrimar el ascua a su sardina, primero retorciendo los datos, luego exagerando y por último con noticias falsas, obviamente los hay muy eficaces en este tema.
Esta crisis va a generar además de un desastre económico cambios de calado, las cosas ya no van a seguir igual. Por una parte la economía española estaba ya muy desacelerada con sus datos de empleo y crecimiento estancados y tirando a la baja. Esta situación es una herida de muerte para la economía. Va a generar mucho paro, mucha necesidad, y la gente necesita un culpable, Franco y Aznar pillan ya muy lejos. Se viene un terremoto político, para variar.
A nivel laboral van a cambiar muchas costumbres, se va a afianzar el teletrabajo, con el impacto que esto tiene en la economía de los servicios que viven del trabajo presencial: restauración, gasolineras, gimnasios, estancos, etc. Va a provocar incluso cierta movilidad geográfica, ¿Para que vivir en Madrid si puedo vivir en Albacete cobrando lo mismo y con unos gastos diarios más reducidos si tengo el mismo trabajo? Veremos a ver las consecuencias.
A nivel social va a disminuir mucho el contacto físico, nunca me ha gustado el contacto físico, creo que hay españoles, sobre todo españolas, son muy sobonas, vamos a un contacto más tipo oriental.
Esperemos que el tema no vaya a mayores, ahora mismo hay mucho miedo en la calle, con la chispa adecuada se pueden montar las fallas de Valencia.
Dentro de 20 años me seguiré acordando de estos días.
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