Un código QR (abreviatura de Quick Response Code) es un código de barras plasmado en una matriz de dos dimensiones que contiene información.
Fue utilizado por primera vez por la industria del automóvil japonesa en el año 1994. Su éxito a nivel popular vino con la aparición de los smartphones con cámara y navegación por Internet.
Es un formato de estándar abierto y gratuito, debido a ello hay gran cantidad de generadores de códigos QR gratuitos. Se utilizan en todos los campos, desde revistas a publicidad pasando por videojuegos e incluso con urnas funerarias.
A lo largo de los años han ido apareciendo diferentes versiones del mismo permitiendo en cada revisión el añadido de más datos. Os pongo aquí un ejemplo de la versión 1 junto con la versión 40:
Cómo podéis ver no hace falta ser Nicola Tesla para adivinar qué versión es la más antigua y cual contiene más información.
Este sistema de representación de la información utiliza el algoritmo de Reed-Solomon para corregir los errores del mismo. Gracias a este algoritmo es posible que códigos erróneos puedan ser corregidos, y lo que es más importante a nivel visual, se pueden crear códigos QR muy atractivos visualmente -con logotipos, con formas- que aún a riesgo de tener más probabilidad de error en su lectura captan más rápido la atención del usuario.
Estos códigos permiten almacenar tanto alfabeto occidental como alfabetos de otros idiomas.
Hay diferentes tipos de modificaciones del estándar como IQR, JAB Code, etc, pero no son tan utilizados.
Presentan un riesgo de seguridad, cuando accedes a una url vía este código pueden estar induciéndote a ejecutar un exploit en un navegador o algo similar.
Los códigos BIDI son también bidimensionales, pero pertenecen a un formato cerrado, por lo que para poder leerlos tienes que hacerlo desde una app propietaria que haya pagado los derechos. En España Telefónica los intentó popularizar en su día, pero a día de hoy ya no se utilizan apenas.
En fin, espero que os sea de utilidad ^_^.
Fue utilizado por primera vez por la industria del automóvil japonesa en el año 1994. Su éxito a nivel popular vino con la aparición de los smartphones con cámara y navegación por Internet.
Es un formato de estándar abierto y gratuito, debido a ello hay gran cantidad de generadores de códigos QR gratuitos. Se utilizan en todos los campos, desde revistas a publicidad pasando por videojuegos e incluso con urnas funerarias.
A lo largo de los años han ido apareciendo diferentes versiones del mismo permitiendo en cada revisión el añadido de más datos. Os pongo aquí un ejemplo de la versión 1 junto con la versión 40:
Cómo podéis ver no hace falta ser Nicola Tesla para adivinar qué versión es la más antigua y cual contiene más información.
Este sistema de representación de la información utiliza el algoritmo de Reed-Solomon para corregir los errores del mismo. Gracias a este algoritmo es posible que códigos erróneos puedan ser corregidos, y lo que es más importante a nivel visual, se pueden crear códigos QR muy atractivos visualmente -con logotipos, con formas- que aún a riesgo de tener más probabilidad de error en su lectura captan más rápido la atención del usuario.
Estos códigos permiten almacenar tanto alfabeto occidental como alfabetos de otros idiomas.
Hay diferentes tipos de modificaciones del estándar como IQR, JAB Code, etc, pero no son tan utilizados.
Presentan un riesgo de seguridad, cuando accedes a una url vía este código pueden estar induciéndote a ejecutar un exploit en un navegador o algo similar.
Los códigos BIDI son también bidimensionales, pero pertenecen a un formato cerrado, por lo que para poder leerlos tienes que hacerlo desde una app propietaria que haya pagado los derechos. En España Telefónica los intentó popularizar en su día, pero a día de hoy ya no se utilizan apenas.
En fin, espero que os sea de utilidad ^_^.
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