En 1989 Ocean publicó para los ordenadores de 8 bits una conversión de una recreativa de conducción de Taito. Ocean (directamente o a través de Imagine) siempre estuvo especializada en crear grandes juegos de licencia o grandes conversiones de recreativa. Chase H.Q. es una muestra sobresaliente de ello.
En Chase H.Q. conducimos un coche de policía con el que tendremos que atrapar a un criminal por fase, para ello primero tenemos una fase de conducción pura y dura para llegar a la meta antes de que se acabe el tiempo y luego cuando llegamos a la meta -no es una meta física- tendremos que capturar al coche del malo a base de darle golpes.
Para ayudarnos disponemos de una serie de turbos que nos permiten acelerar nuestra velocidad a nivel Vin Diesel como mínimo.
Desde el inicio el juego nos recibe con una música increíble a cargo de Jonathan Dunn, es de las mejores que he oído para 128K con el chip AY de Yamaha. Una vez comienzas el juego el sonido no le va a la zaga, desde las voces digitalizadas hasta los sonidos corrientes y molientes son excepcionales.
Gráficamente el motor del juego funciona muy, muy bien. Parece mentira que una máquina tan limitada como el Spectrum pueda conseguir esa fluidez y sensación de velocidad. Por otra parte los decorados y los vehículos están muy bien diseñados y pulidos con mimo. Destacar los efectos de las cuestas y de los túneles.
Es un juego muy divertido, para mí mejor que otros grandes juegos de conducción como Out Run o como Wec Le Mans, tiene el elemento de la conducción y el elemento de las peleas finales que le da mucha originalidad dentro de los cánones del sector.
Cuando jugué a este juego los 16 bits ya estaban pegando fuerte en las revistas por lo que no me impactó tanto como otros en el pasado. Aún así lo recuerdo el enorme nivel técnico que destilada en su día. Como me juego de coches me divirtió mucho.
En Chase H.Q. conducimos un coche de policía con el que tendremos que atrapar a un criminal por fase, para ello primero tenemos una fase de conducción pura y dura para llegar a la meta antes de que se acabe el tiempo y luego cuando llegamos a la meta -no es una meta física- tendremos que capturar al coche del malo a base de darle golpes.
Para ayudarnos disponemos de una serie de turbos que nos permiten acelerar nuestra velocidad a nivel Vin Diesel como mínimo.
Desde el inicio el juego nos recibe con una música increíble a cargo de Jonathan Dunn, es de las mejores que he oído para 128K con el chip AY de Yamaha. Una vez comienzas el juego el sonido no le va a la zaga, desde las voces digitalizadas hasta los sonidos corrientes y molientes son excepcionales.
Gráficamente el motor del juego funciona muy, muy bien. Parece mentira que una máquina tan limitada como el Spectrum pueda conseguir esa fluidez y sensación de velocidad. Por otra parte los decorados y los vehículos están muy bien diseñados y pulidos con mimo. Destacar los efectos de las cuestas y de los túneles.
Es un juego muy divertido, para mí mejor que otros grandes juegos de conducción como Out Run o como Wec Le Mans, tiene el elemento de la conducción y el elemento de las peleas finales que le da mucha originalidad dentro de los cánones del sector.
Cuando jugué a este juego los 16 bits ya estaban pegando fuerte en las revistas por lo que no me impactó tanto como otros en el pasado. Aún así lo recuerdo el enorme nivel técnico que destilada en su día. Como me juego de coches me divirtió mucho.
Comentarios