El diccionario define la palabra gurú como un maestro espiritual, su origen está en las tradiciones de la India. El término se ha extendido a todas las disciplinas posibles y suele describir a un líder de conocimiento que generosamente comparte con los demás el camino al éxito.
Cuando un gurú intenta entrar en mi vida sea vía LinkedIn, vía prensa, vía nivel personal, etc, automáticamente tiendo a analizarlo de manera matemática, un gurú es tan bueno como buenos son los resultados que él ha conseguido. Pocos soportan este análisis, la inmensa mayoría de ellos pasan a ser entonces vende-humo, si tan buena es tu receta ¿Por qué no te ha funcionado a ti?
Si veo que ese gurú ha obtenido resultados toca el siguiente nivel de análisis, saber cuanto hay de suerte o casualidad en ese éxito y cuanto de verdadero conocimiento. El análisis aquí es sencillo, la repetición del éxito. Conozco gurús que han tenido éxito una vez gracias a la suerte o a las circunstancias, pero nunca más han sido capaces de repetirlo. En cuanto ha cambiado el viento su suerte se ha acabado, por lo que viven de las rentas del pasado, su conocimiento no es tal, fue solo suerte, nada más.
El siguiente nivel de análisis consiste en contrastar los datos que transmite el gurú de su experiencia con la realidad, es decir, buscar otras fuentes. Los recuerdos suelen ser mentira y más cuando uno intenta reescribir su biografía para plasmar un relato de continuos éxitos sin mácula de fracaso. Creedme, se descubren contradicciones a tutiplén.
Una vez pasados estos filtros pocos o ningún gurú nos va a quedar, y el que quede, por lo menos en el mundo de los negocios, no va a ser tan generoso como para compartir su fórmula secreta del éxito, fórmula por cierto que igual le vale a él, pero seguro que a ti no ya que cada persona es un mundo.
Siempre he observado que todo gurú aspira a tener seguidores -y a monetizarlos-, si no se iría a meditar al desierto y no haría tanto ruido para llamar la atención. Por lo que cuando te topes con algún gurú en el camino de tu vida se consciente de que sólo eres un cliente más, no quiere que triunfes en Hollywood, quiere llevarte a la cama, nadie ayuda a nadie gratis en el mundo de los negocios, lo más justo es el intercambio justo que favorezca a ambas partes, nadie da duros a precio de peseta.
La vida -la personal, la laboral, la empresarial- es muy compleja, está llena de muchos matices, no hay un manual de instrucciones sencillo que te permita elegir siempre la opción correcta. Los seres humanos somos seres humanos en todas las partes del mundo, no hay ninguna tribu escondida en el Himalaya que conozca un mantra hermético que te va a permitir conseguir tus objetivos de una manera sencilla.
Cuando emprendes estás tú solo con tus instintos, con tu conocimiento, con tus recursos y con tu suerte, no pierdas el tiempo siguiendo a falsos profetas y date una oportunidad, te la mereces.
Cuando un gurú intenta entrar en mi vida sea vía LinkedIn, vía prensa, vía nivel personal, etc, automáticamente tiendo a analizarlo de manera matemática, un gurú es tan bueno como buenos son los resultados que él ha conseguido. Pocos soportan este análisis, la inmensa mayoría de ellos pasan a ser entonces vende-humo, si tan buena es tu receta ¿Por qué no te ha funcionado a ti?
Si veo que ese gurú ha obtenido resultados toca el siguiente nivel de análisis, saber cuanto hay de suerte o casualidad en ese éxito y cuanto de verdadero conocimiento. El análisis aquí es sencillo, la repetición del éxito. Conozco gurús que han tenido éxito una vez gracias a la suerte o a las circunstancias, pero nunca más han sido capaces de repetirlo. En cuanto ha cambiado el viento su suerte se ha acabado, por lo que viven de las rentas del pasado, su conocimiento no es tal, fue solo suerte, nada más.
El siguiente nivel de análisis consiste en contrastar los datos que transmite el gurú de su experiencia con la realidad, es decir, buscar otras fuentes. Los recuerdos suelen ser mentira y más cuando uno intenta reescribir su biografía para plasmar un relato de continuos éxitos sin mácula de fracaso. Creedme, se descubren contradicciones a tutiplén.
Una vez pasados estos filtros pocos o ningún gurú nos va a quedar, y el que quede, por lo menos en el mundo de los negocios, no va a ser tan generoso como para compartir su fórmula secreta del éxito, fórmula por cierto que igual le vale a él, pero seguro que a ti no ya que cada persona es un mundo.
"El buen hortelano esconde siempre sus mejores melones" - Dicho de la Vega Baja (Alicante).
Siempre he observado que todo gurú aspira a tener seguidores -y a monetizarlos-, si no se iría a meditar al desierto y no haría tanto ruido para llamar la atención. Por lo que cuando te topes con algún gurú en el camino de tu vida se consciente de que sólo eres un cliente más, no quiere que triunfes en Hollywood, quiere llevarte a la cama, nadie ayuda a nadie gratis en el mundo de los negocios, lo más justo es el intercambio justo que favorezca a ambas partes, nadie da duros a precio de peseta.
La vida -la personal, la laboral, la empresarial- es muy compleja, está llena de muchos matices, no hay un manual de instrucciones sencillo que te permita elegir siempre la opción correcta. Los seres humanos somos seres humanos en todas las partes del mundo, no hay ninguna tribu escondida en el Himalaya que conozca un mantra hermético que te va a permitir conseguir tus objetivos de una manera sencilla.
Cuando emprendes estás tú solo con tus instintos, con tu conocimiento, con tus recursos y con tu suerte, no pierdas el tiempo siguiendo a falsos profetas y date una oportunidad, te la mereces.
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