Ni mi empresa es Apple ni yo soy Steve Jobs.
Aunque soy una persona muy parlanchina intento siempre escuchar lo máximo posible, tanto a mis interlocutores como a la famosa "conversación" que hay en la red. Y no sé muy bien si me pasa sólo a mí pero cuando uno se para a escuchar sobre el concepto de lo que son las marcas la inmensa mayoría de los interlocutores se llenan la boca de Apple, Harley Davidson, Coca Cola, turismo cultural y otras tantas maravillas, es más, a veces parece que lo repiten como un mantra mágico que les hará adquirir parte del prestigio de la marca mencionada -y adorada-.
Siendo como soy muy ingenuo al principio analizaba con mucha atención a todos estos gurús -y aspirantes a gurús- para intentar encontrar el camino de la creación de la marca superguay y supergenial que me haría millonario con sólo pronunciar su nombre. Pero la realidad puede más que mi ingenuidad y con el tiempo uno descubre que en la receta para crear una marca de éxito es muy compleja, requiere de aportaciones geniales y de mucha, mucha suerte -Steve Wozniak incluído-.
Como no soy un genio y no conozco a Steve Wozniak me toca lidiar esta corrida de la construcción de mi marca con lo que Dios y la naturaleza me han dado. Nos toca jugar nuestra mano en tiempos complicados pero lleno de oportunidades, la clave está en detectar las oportunidades, en adaptarnos lo mejor que podamos a ellas y en tener mucha, mucha suerte. La realidad define la construcción de mi marca, en el reino de lo cotidiano las estrategias a largo plazo y las declaraciones de intenciones sobre una marca tienen un plazo de caducidad menor aún que el de una carrera universitaria.
Mi empresa -The App Art (http://www.theappart.com)- se dedica a día de hoy a desarrollar aplicaciones y juegos para Facebook y móviles desde la seriedad, la innovación y el compromiso, es así como construimos nuestra marca. Pero esto no implica que dentro de 3 meses, si el mercado lo demanda, nos dediquemos sólo a desarrollar aplicaciones para el mercado sanitario, desde la seriedad, la innovación y el compromiso, eso sí.
Nuestra marca está viva, palpita con su recorrido, no es fruto de un sesudo informe de una prestigiosa consultoría. Y se va a ir adaptando al devenir de los acontecimientos, no a unas tablas del marketing impactantes pero huecas.
Ni mi empresa es Apple ni yo soy Steve Jobs, afortunadamente.
Aunque soy una persona muy parlanchina intento siempre escuchar lo máximo posible, tanto a mis interlocutores como a la famosa "conversación" que hay en la red. Y no sé muy bien si me pasa sólo a mí pero cuando uno se para a escuchar sobre el concepto de lo que son las marcas la inmensa mayoría de los interlocutores se llenan la boca de Apple, Harley Davidson, Coca Cola, turismo cultural y otras tantas maravillas, es más, a veces parece que lo repiten como un mantra mágico que les hará adquirir parte del prestigio de la marca mencionada -y adorada-.
Siendo como soy muy ingenuo al principio analizaba con mucha atención a todos estos gurús -y aspirantes a gurús- para intentar encontrar el camino de la creación de la marca superguay y supergenial que me haría millonario con sólo pronunciar su nombre. Pero la realidad puede más que mi ingenuidad y con el tiempo uno descubre que en la receta para crear una marca de éxito es muy compleja, requiere de aportaciones geniales y de mucha, mucha suerte -Steve Wozniak incluído-.
Como no soy un genio y no conozco a Steve Wozniak me toca lidiar esta corrida de la construcción de mi marca con lo que Dios y la naturaleza me han dado. Nos toca jugar nuestra mano en tiempos complicados pero lleno de oportunidades, la clave está en detectar las oportunidades, en adaptarnos lo mejor que podamos a ellas y en tener mucha, mucha suerte. La realidad define la construcción de mi marca, en el reino de lo cotidiano las estrategias a largo plazo y las declaraciones de intenciones sobre una marca tienen un plazo de caducidad menor aún que el de una carrera universitaria.
Mi empresa -The App Art (http://www.theappart.com)- se dedica a día de hoy a desarrollar aplicaciones y juegos para Facebook y móviles desde la seriedad, la innovación y el compromiso, es así como construimos nuestra marca. Pero esto no implica que dentro de 3 meses, si el mercado lo demanda, nos dediquemos sólo a desarrollar aplicaciones para el mercado sanitario, desde la seriedad, la innovación y el compromiso, eso sí.
Nuestra marca está viva, palpita con su recorrido, no es fruto de un sesudo informe de una prestigiosa consultoría. Y se va a ir adaptando al devenir de los acontecimientos, no a unas tablas del marketing impactantes pero huecas.
Ni mi empresa es Apple ni yo soy Steve Jobs, afortunadamente.
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