El sector privado de la economía está vivo, cambia constantemente, lo que ayer era una línea de negocio muy rentable en un año se puede quedar perfectamente obsoleta. Las cosas cambian y si una empresa quiere ganar dinero debe cambiar todavía más rápido que el mercado.
Con la crisis estos cambios se han acelerado todavía más, hay poco dinero en circulación, el dinero contante y sonante es ahora un recurso muy escaso, muchas empresas que están a un tris de desaparecer pelean a vida o muerte por conseguir ese dinero.
Todos los cambios en crisis suelen ser traumáticos dejando a muchos cadáveres por el camino. Uno puede pasarse el día mirando atrás o puede asumir que se está ante un nuevo reto, el reto de ser más competitivo, el reto de crear algo nuevo sobre las cenizas del pasado.
Nadie sabe que le depara el futuro, las cosas pueden ir a mejor o a peor, aunque nunca de manera absoluta, la paleta de grises de la vida es casi infinita. Lo único que puede hacer una empresa en estos casos es tratar de reinventarse para ser más ágil, más innovadora y sobre todo más rentable.
Renovarse o morir.
Con la crisis estos cambios se han acelerado todavía más, hay poco dinero en circulación, el dinero contante y sonante es ahora un recurso muy escaso, muchas empresas que están a un tris de desaparecer pelean a vida o muerte por conseguir ese dinero.
Todos los cambios en crisis suelen ser traumáticos dejando a muchos cadáveres por el camino. Uno puede pasarse el día mirando atrás o puede asumir que se está ante un nuevo reto, el reto de ser más competitivo, el reto de crear algo nuevo sobre las cenizas del pasado.
Nadie sabe que le depara el futuro, las cosas pueden ir a mejor o a peor, aunque nunca de manera absoluta, la paleta de grises de la vida es casi infinita. Lo único que puede hacer una empresa en estos casos es tratar de reinventarse para ser más ágil, más innovadora y sobre todo más rentable.
Renovarse o morir.
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Saludos
Mikel Cuartero